Prevención y mitigación de riesgos del COVID 19

La pandemia de COVID-19 ha creado una situación excepcional que afectó el funcionamiento de las empresas. Algunas tuvieron que cerrar sus puertas definitivamente, pero otras se preparan para volver a la actividad. El gobierno paraguayo emitió directrices y protocolos para empresas y entornos laborales. Más allá de esto, las empresas deberán adaptar la organización a los nuevos tiempos y diseñar sus planes de prevención y mitigación de riesgos ante el COVID-19. ¿Estás preparado para este desafío? ¡Seguí leyendo!

¿Qué es un plan de prevención y mitigación de riesgos?

Recordemos brevemente qué es un plan de prevención y mitigación de riesgos y por qué tu empresa debe contar con uno. Toda actividad empresarial está sujeta a riesgos. Estos no siempre son malos, pero si pueden causar un impacto negativo. Por lo tanto, la empresa debe estar preparada.

Se trata de tener estrategias que permitan, en primer lugar, reducir la probabilidad de materialización de un riesgo, es decir, prevención. En segundo lugar, si el riesgo se materializa, contar con estrategias que permitan reducir el impacto hasta niveles aceptables por la organización: mitigación.

Recordemos también que el riesgo puede clasificarse en bajo, medio y alto. Cada nivel tiene sus actividades de control correspondientes. La herramienta más útil para la evaluación es la matriz de riesgos.

Las características del plan de prevención y mitigación de riesgos son:

  • Se diseña en una fase temprana, por eso funciona en forma proactiva.
  • Su objetivo es identificar y prevenir riesgos y contar con estrategias para reducir el impacto.
  • Se asignan recursos por anticipado para cada situación identificada.

Identificación de riesgos de COVID-19

El primer paso del plan de prevención y mitigación en relación con la pandemia es identificar los peligros asociados a tu empresa o negocio. Básicamente, podemos decir que hay dos tipos de riesgo:

  • Transmisión de COVID-19 dentro de la empresa.
  • Riesgos inducidos por las medidas y protocolos a adoptar en la nueva situación.

Riesgo de transmisión dentro de la empresa

El nivel de riesgo está determinado por la actividad del virus en la comunidad local. Si ésta aumenta, también crece la probabilidad de que el COVID-19 entre y se propague en la empresa. Otro factor que influye en la transmisión es si la organización permite la entrada de personas ajenas a la misma.

Para establecer correctamente los niveles de riesgo se deben tener en cuenta diferentes variables y tener conocimientos actualizados acerca del comportamiento del virus. Como se trata de una enfermedad nueva, estos datos varían a diario. 

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Prevención y mitigación de riesgos

Riesgos inducidos por el reinicio de la actividad

Los riesgos también pueden provenir de la nueva organización del trabajo y la actividad empresarial. Por ejemplo:

  • Riesgos para la salud por utilización de productos químicos.
  • Riesgos biológicos debido a las desinfecciones a gran escala.
  • Riesgo psicosocial por aislamiento o reducción de equipos.
  • Riesgos mecánicos por puesta en marcha de equipos después de meses de detención o riesgos edilicios, por el mismo motivo.
  • Riesgos del teletrabajo.

Prevención de riesgos de COVID-19

Cada uno de los peligros identificados debe contar con sus medidas de prevención y mitigación. El gobierno de Paraguay ha diseñado un protocolo para entornos laborales ante la pandemia que es de suma utilidad.

Básicamente, la prevención del primer tipo de riesgo, transmisión del COVID-19 dentro de la empresa, consiste en eliminar o reducir las posibilidades de contagio en el lugar de trabajo. Se deben tomar las medidas organizativas y sanitarias específicas, como por ejemplo:

  • Señalética.
  • Equipos de protección personal (desde simples máscaras faciales de tela hasta equipos completos según el riesgo evaluado).
  • Distanciamiento físico.
  • Limitación de desplazamientos.
  • Lavado de manos.
  • Desinfección.
  • Concientización de los empleados acerca de la necesidad de proteger su salud y la de los demás, informando sobre cualquier sospecha de haber contraído el virus o contacto estrecho con personas infectadas.

Por su parte, la prevención de los riesgos relacionados con el reinicio de tareas debe ser el resultado de un trabajo en equipo que involucre a toda la organización. Por ejemplo, puede crearse una unidad especial con participación de los trabajadores, que se encargue del seguimiento del reinicio de la actividad.

Mitigación de riesgos de COVID-19

Como decíamos anteriormente, la estrategia de mitigación consiste en reducir el impacto, en caso de que el riesgo se materialice.

Repasemos los dos tipos de riesgo en relación a COVID-19: entrada o transmisión del virus dentro de la empresa, y riesgos inducidos por las medidas o protocolos.

Si se produce un contagio, es importante diseñar un plan de acción o protocolo, de manera coordinada con las autoridades locales. Por ejemplo, las directrices para empresas del Ministerio de Salud indican qué hacer frente a un posible caso de COVID-19 en una organización.

Básicamente, deben realizar el seguimiento y brindar apoyo y acompañamiento al trabajador afectado, así como intensificar las medidas de limpieza y desinfección en el lugar de trabajo. Si el testeo da positivo, hay que activar el protocolo, informando a las autoridades sanitarias y reforzando las buenas prácticas implementadas.

Ahora ya sabés cómo comenzar a preparar tu plan de prevención y mitigación de riesgos para el reinicio de tareas. Si tenés dudas ¡consultá con los especialistas!

Beneficios de un plan de mitigación de riesgos

El riesgo se define como la probabilidad de ocurrencia de un evento y sus consecuencias. Desde este punto de vista, todos los negocios conllevan riesgos. Por lo tanto, para gestionarlos debemos centrarnos en identificar qué podría salir mal y qué hacer en ese caso. De hecho, estos eventos se pueden tratar de diferentes maneras, y la mitigación de riesgos es una de ellas. ¿Sabés en qué casos aplicar esta estrategia? Aquí lo analizaremos.

La mitigación de riesgos como estrategia

Hay cuatro formas de tratar o gestionar cada riesgo identificado:

  • Aceptación. La utilizamos cuando el costo de eliminar el riesgo es más elevado que las pérdidas que ocasionaría.
  • Transferencia. La forma típica de transferir un riesgo es mediante un seguro.
  • Reducción o mitigación. Se logra mediante la introducción de nuevas medidas de seguridad que intentan reducir la probabilidad o aliviar el impacto.
  • Rechazo. Consiste en modificar las causas que generan el riesgo.
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Todas estas estrategias se enmarcan en una política de gestión de riesgos. La característica principal de la misma es su dinamismo, ya que el monitoreo y revisión constantes son cruciales para su éxito.

mitigación de riesgos

Diferencias entre plan de contingencia y plan de mitigación de riesgos

Estos dos planes aparecen como excluyentes presentan respuestas diferentes. Por un lado, el plan de contingencia es reactivo. Se trata de una respuesta estratégica diseñada para ser utilizada cuando aparezcan señales que adviertan que el riesgo se puede materializar.

En cambio, el plan de mitigación es proactivo o preventivo. Su objetivo es reducir la probabilidad de ocurrencia de un evento o minimizar su impacto en caso de suceder. Es decir, el plan de mitigación busca reducir la exposición al riesgo.

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Respecto al apetito de riesgo, los planes de contingencia se diseñan para riesgos que se encuentran por debajo de un umbral determinado. En cambio, los de mitigación se orientan hacia riesgos por encima del umbral y contienen respuestas para reducir la probabilidad y el impacto. Es decir que esta estrategia se utiliza sobre todo ante eventos o riesgos en cierta forma inevitables, o que no dependen de la empresa.

Ventajas de contar con un plan de mitigación

Los planes de mitigación son conocidos también como estrategias de respuesta. Si nos enfocamos en los riesgos negativos, la estrategia de respuesta es un operativo que se diseña por adelantado. Las probabilidades e impactos se calculan e incorporan  en una fase temprana de la planificación y se continúan durante toda la ejecución del proyecto.

Entonces, un plan de mitigación de riesgos permite:

  • Frente a los riesgos del mercado, ser flexibles para adaptar el negocio a las nuevas necesidades y no perder oportunidades.
  • Identificar mercados potenciales.
  • No esperar a la materialización del riesgo, sino anticiparse a través de acciones preventivas, optimizar esfuerzos y aprovechar los cambios.
  • Corregir prácticas que resulten poco óptimas o presenten fallas. Evaluar las relaciones con socios, proveedores, empleados y la comunidad para proporcionar mayor seguridad.
  • Fortalecer el compromiso de todos los integrantes de la organización, ya que la empresa se muestra consciente de los riesgos y cuenta con medidas de prevención.
  • Proteger las operaciones y la información.
  • Tomar acciones acertadas, como simplificar procesos, realizar ensayos adicionales, seleccionar aliados estratégicos más confiables o destinar más fondos a acciones preventivas.

Conclusiones

Los beneficios del plan de mitigación se encuentran precisamente en su nombre, ya que mitigar significa paliar, suavizar o atenuar. La clave es ser metódicos y disciplinados. No debemos partir de supuestos sino de datos, e investigar todos los factores de riesgo que pueden afectar los negocios, ya sean positivos o negativos.

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Centrarse solo en los riesgos negativos puede llevar al abandono de proyectos que podrían ser exitosos. También es importante conocer las normas como ISO31OOO que establece los principios para la gestión de riesgos y sus equivalentes en Paraguay.

La mitigación de riesgos es parte integral del plan de gestión, pero además debe convertirse en una forma de trabajo. Esperar a la ocurrencia del evento, o diseñar un plan de gestión de riesgos como un accesorio, solo puede llevar a la pérdida de valor de los proyectos y el negocio en su conjunto.  ¡No lo dejes pasar!

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